Te compras un nuevo smartphone, lo usas con cuidado para evitar que tenga su primera caída o rayón. Pero igual se te cae, te lamentas y lo recoges con temor, esperando que no le haya ocurrido nada. Sin embargo, tras levantarlo, notas que la pantalla tiene una rayadura. Por lo que decides adquirir alguno de esos productos que prometen proteger tu dispositivo de cualquier peligro.
Entre los productos que las personas compran para proteger su smartphone, están los protectores de pantalla (lámina delgada de plástico o vidrio) y las fundas o cases. Aunque, en realidad, algunos de estos son inútiles, ya que no logran proteger el dispositivo del todo.
Las compañías telefónicas saben que sus clientes en cualquier momento van a necesitar un servicio de reparación para su smartphone. Es por ello que los empleados de estas empresas, suelen presionar a los clientes para que adquieran costosos planes de garantía extendida para sus dispositivos.
Por lo general, en la mayoría de situaciones, todo lo que necesitas es una funda, un protector de pantalla o una combinación de ambos. Por lo que deberías pensarlo dos veces antes de comprar la garantía extendida.
1. El protector de pantalla es una solución parcial
La función de los protectores de pantalla es, como su mismo nombre lo dice, proteger el dispositivo de todo tipo de rayaduras y caídas. Sin embargo, esto no es del todo cierto, ya que cuando la pantalla se rompe es por el impacto que sufre en una de las esquinas o bordes del dispositivo. Es por ello que, en realidad, su función es protegerla solo de los arañazos, más no de una fuerte caída. Aunque la mayoría de personas que se preocupa por el tiempo de vida de su teléfono, usa un protector de pantalla para evitar el desgaste y las rayaduras, más no para protegerlo de caídas.
2. Compra una funda o case
La funda cubre los lugares que el protector de pantalla no protege, es decir, las esquinas, los bordes y la parte posterior. Por lo que una buena funda no solo va proteger al teléfono de arañazos, sino que evitará el daño en los bordes y esquinas. Además, existe una amplia variedad de modelos en distintos materiales y colores, para que elijas el que más te guste.
Lo más recomendable es no usar ambos al mismo tiempo, ya que el volumen del dispositivo será mayor y, por tanto, más pesado, siendo incómodo el llevarlo entre las manos o el bolsillo. Es por eso que si vas a decidirte por solo uno de los dos, la funda sería la más adecuada porque protege más zonas del teléfono. Además, recuerda que usar un protector de vidrio no es tan relevante, aunque por lo asequibles que son, es más fácil que compres uno de estos.
3. Omite la garantía extendida
Las compañías telefónicas venden una garantía extendida que consiste en reemplazar o reparar tu teléfono si este se daña. Sería una muy buena idea, si su costo no fuera tan elevado. Además, estos contratos con garantía extendida, no se hacen cargo de los daños que sufre la batería, es decir, no las reemplazan, por lo que de ser necesario el cambio de alguna pieza, tendrás que pagar un costo extra. Asimismo, tampoco cubren la pérdida o el robo de los dispositivos, a pesar que esos son los principales motivos por los que alguien extiende el tiempo de garantía.
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